lunes, 23 de junio de 2014

El regalo perfecto

Hay una historia en la mitología India en la que Dios disfrazado de mendigo va de casa en casa pidiendo limosna. Toca la puerta en varios palacios de gente muy rica que le abren y le dan algunas (en muchos casos muchas) monedas sintiéndose muy generosos al hacerlo. Por último llega a una casa sin puerta y pide a la mujer que la habitaba con su hijo una limosna. La mujer no tenía nada aparte de la ropa vieja que llevaba puesta y un mango sobre la mesa. La mujer tomó el mango, lo partió en dos y le dio un pedazo a su hijo y el otro al mendigo diciéndole: "no poseo nada pero este medio mango ayudará a calmar tu hambre". En ese momento, el mendigo volvió a su forma original y se presentó como Dios ante la mujer: "al darme lo que poseías, has hecho el regalo perfecto y toda la gracia divina caerá sobre ti en forma de dicha y bienaventuranza".
Traigo esta historia a colación porque una actitud de Bhai y Noe me la recordó hace unos días. Desde hace más de un mes están entre los dos ahorrando para comprar un loro que repita todo lo que ellos digan. Por obvias razones, tener un loro de verdad en la casa no es posible así que busqué uno de juguete. Lo encontré y con sus ahorros (y otro poco más) se los compré. La felicidad de ver al fin el loro tan anhelado y tan buscado era total. Le hablaron, le cantaron y no podían creer que el loro repitiera TODO lo que decían. De repente, recordamos que ese día era el cumpleaños de su primo Samuel. Yo le tenía un regalo, mas sin embargo les pregunté qué les gustaría regalarle a su primo. Pausaron un rato, pensaron y dice Noe: "¡ya se! el loro le encantaría". Y Bhai: "Sí, el loro". "¿El loro?" les pregunté un poco incrédula después de lo que habían ahorrado y esperado al loro, y lo poco que habían jugado con el (no más de media hora). "Sí, el loro". Lo cogieron, lo empacaron de nuevo en su caja y lo mandaron a la casa de Samuel con su tío. No dijeron ni una palabra más. Al día siguiente se levantó Noe y solo dijo: "me pregunto cómo le habrá ido a Samuel con el loro".
El gesto de desapego y las ganas de hacer al otro feliz de estos dos compañeros de vida fueron para mí el regalo perfecto ese día y por mucho rato. 

viernes, 20 de junio de 2014

Sigue tu propio camino

Ayer, caminando por una calle de Bogotá, en donde mi afán por controlar a mis dos hijos era evidente (había muchos peligros inminentes, además de que ya estaba oscureciendo) Noe me dijo: "Mamá, se me va la energía cuándo me pides que te siga a donde tu vas."
Wow! Un momento de revelación. Fue una de esas bofetadas que el universo tiende a darme para entender algo nuevo que me cuesta trabajo entender. Independientemente de lo necesario que fuera en ese momento tenerlos cogidos de la mano por los carros que pasaban cerca de nosotros a gran velocidad o por los desechos de perro que quería a toda costa que evitaran sus zapatos, yo estaba jalándolos hacia donde yo quería ir, sin explicarles mucho. Iba afanándolos arbitrariamente para ellos (justificadamente para mí). La frase en la voz firme de un niño de apenas tres años me hizo darme cuenta de la estupidez de creerse el hacedor de las decisiones de estos dos niños, seres humanos completos, racionales, pensantes y con su propia voluntad: "Mamá, se me va la energía cuándo me pides que te siga a donde tu vas."
La frase todavía resuena en mi mente como un mantra para aprender a dejar a los demás ser. Para confiar y respetar.

Estos días desde que yo llegué de mi entrenamiento para el mundial ha sido de mucha agua y parque. En esa semana que estuve lejos tuve tiempo para reflexionar y para ver todo en perspectiva y siento que me dio un nuevo aire y una nueva actitud, más rica y de mayor goce.

Ayer en el parque me encontré a Noe comiendo helado y le pregunté que de donde lo había sacado. Me contó que lo había pedido y había firmado el vale para cargarlo a la cuenta. Fui a la tienda a pedir el vale para ver la firma y esto fue lo que me entregaron:


Mi sorpresa al ver su intento de escribir (o su escritura actual más bien) fue total. Me enterneció totalmente. Cabe decir que no le he enseñado a escribir "formalmente". Es decir, que no ha habido clases de lecto-escritura con el. Simplemente mucha lectura juntos, cuando el me pide que quiere leer. Eso fortalece mi confianza en que todo lo que necesiten lo pueden aprender solos, junto a gente que los acompañe y este dispuesta a aprender con ellos. 


Aquí está Bhai colgado por más de 3 minutos fortaleciendo sus brazos y liberándose del miedo que le da estar despegado del piso.


Sigo leyendo a Sandra Dodd, a John Holt , a Mary Griffith y cada vez me convenzo más de que debemos ir a la conferencia de Arizona. Para que siga creciendo la confianza y para seguir enriqueciendo el camino.

martes, 3 de junio de 2014

Adaptabilidad, apicultura, 4 meses de desescolarización y una cita inspiradora de Picasso


Junio 29 de 2014
Hoy llegamos a la casa de nuevo después de más de dos semanas por fuera. La pregunta "¿dónde vamos a dormir hoy?" de los niños ya empieza a indicarme que se acostumbran y se ajustan a lo que el día les traiga. Eso es un buen aprendizaje. La adaptabilidad en un mundo tan cambiante no es sólo una buena capacidad, sino una necesidad.
Llegamos a una casa florida pero llena de polvo y totalmente al revés por la obra que estamos haciendo en la cocina. Seguimos de viaje, aunque ahora en casa. Y esta noche los niños se sienten acampando. Estamos cocinando afuera en la terraza y vamos a dormir en uno de los cuartos que usan los huéspedes que vienen a gozar de los fines de semana de meditación y yoga. Hasta la ropa tiene una fina capa de polvo por encima y cada vez que se van a poner alguna prenda, una pequeña nube se desprende por encima de sus cabezas. Y ellos ni lo notan. Tranquilos, siguen su viaje. Nada los perturba. Por supuesto la rutina se ha desvanecido con todos estos viajes y cambios y no veo cercana la hora de retomarla pues ya pronto empiezan los campos de verano y las invitaciones de vacaciones. Así que nosotros seguimos en vacaciones.
Al llegar a la casa, Juanca debía visitar a sus abejas y Bhai lo acompañó por primera vez. Se puso su traje de apicultor, sus guantes y su capucha y se fue a ayudar al papá. Estaba emocionadísimo y apenas abrieron los panales y empezaron a volar las abejas por todas partes, se oían desde abajo sus gritos de emoción. Estaba extasiado. Cuando bajó nos contó a Noe y a mi: "Abrimos los panales y les dimos a las abejas un líquido azucarado llamado néctar." Y después nos dijo: "Papá es muy valiente".
Noe mientras tanto, después de haber llorado por no poder ir pero de haber entendido que hoy era el turno de su hermano, fabricó una pulsera hecha con nudos que el mismo inventó. Me la quiso regalar pero al ver que no me cerraba, se la regaló a un árbol.
Compartimos un jugo y unas palomitas de maíz y ahora estamos organizando la noche de camping.
Se ven felices de vuelta en casa, como siempre.

Junio 1 de 2014
Se va este año volando. Ya el sexto mes comienza.
Han sido ya 4 meses de experiencia de desescolarización y todos estamos felices y convencidos de que esto funciona para nosotros. Me pasa, y reconozco, que a algo en mi le gusta creer que lo que hago es lo correcto y esto a veces me hace dar argumentos para convencer a los demás de que es lo mejor. No me parece una actitud loable porque está llena de juicios que pueden herir a los demás. Lo único que realmente puedo decir es que para nosotros esto funciona. Que hay algo en mi corazón que resuena con lo que hacemos y con verlos a ellos creciendo y aprendiendo en libertad. Por ahora, funciona.
Estamos en días de llovizna (no de lluvia desafortunadamente) y de mucho frío. La casa está "patasarriba" en un desorden para el que se necesita tener paz interior para no enloquecerse. Estamos todos adentro, cada uno en lo que quiere estar. Bhai ve Tom y Jerry, Noe corre de un lado al otro de la casa, Juanca salió a escalar y yo estoy aquí en la biblioteca que tanto me acoge, escribiendo y quitándome de encima la necesidad de estarles armando un plan que yo me imagine que es chévere para ellos. Hoy es domingo y me lo tomo como tal, como si para nosotros esas diferencias en los días que marca el ritmo escolar verdaderamente importaran. Me lo tomo con un domingo de frío y llovizna en donde no hay mucho más que hacer que estar presentes sin planes ni expectativas. Cada uno en la tranquilidad de la libertad.
Termino esta entrada con una cita de Pablo Picasso. Más que una verdad absoluta o un juicio, lo escribo porque al leerla, me inspiró:

"Cada segundo de vida es un momento único en el universo, un momento que nunca se repetirá. ¿Y qué les enseñamos a nuestros hijos? Les enseñamos que dos y dos son cuatro, y que París es la capital de Francia. ¿Cuándo les vamos a enseñar también lo que son? Deberíamos decirles a cada uno de ellos: ¿Sabes quién eres? Eres una maravilla. Eres único. En todos los años que han pasado, nunca ha habido otro niño como tú. Tus piernas, tus brazos, tus dedos, la forma en que te mueves. Quizá te conviertas en un Shakespeare, un Miguel Angel, o un Beethoven. Tienes la capacidad para hacer cualquier cosa. Sí, eres una maravilla. Debes trabajar, todos debemos trabajar, para hacer un mundo digno de sus niños."

Y antes de cerrar quería añadir que Bhai cada vez usa más la función informativa del lenguaje. A las preguntas que hacemos de cosas generales como por ejemplo "¿Dónde estará la sal?" el responde informándonos cosas como "en el mueble, arriba". Esto es un cambio bien dramático.