Las últimas dos semanas han sido de
campos de verano. Estuvieron dos semanas en un campo de verano de deportes y
mañana van para un campo de verano de arte organizado por su abuelo en su
taller de arte/finca. Al comenzar el curso de deportes Noe el segundo día me
dijo: "mamá, yo no elegí ir al campo de verano." "cómo
asi?" le pregunté. "Tu nunca me preguntaste si yo quería ir al campo
de verano. Si me hubieras preguntado te habría dicho que quería ir contigo en
la lancha o que quería montar en mi bicicleta." No pude responderle nada.
Solo le pregunté si no quería volver. Le dije que si no quería seguir yendo, no
tenía que ir. Y esperé a llegar al sitio donde los debía dejar a ver qué decía.
Terminó bajándose contento a saludar a sus amigos. Pero el comentario me hizo
pensar un buen rato en cuántas cosas hago mecánicamente. ¿Por qué asumí que
ellos querían ir al campamento sin haberles preguntado? ¿Qué me hace pensar que
ellos no pueden dirigir su vida con decisiones que ya están en capacidad de
tomar? Hoy les pregunté si querían ir mañana al campo de verano de su abuelo y
me dijeron que sí. Decisión tomada.
Llegamos de vuelta a la casa que
necesitaba mucho trabajo de limpieza y de terminar detalles de las obras
nuevas. Era esencial regresar, aunque no ha parado de llover y no sirven los
celulares. Estamos incomunicados y sin internet. Esa condición tiene su
encanto.
Hoy han tenido los dos unos comentarios
muy especiales. Noe en la mañana me dijo "mi papá me pasa la imaginación a
mi corazón". Eso lo dijo saliendo del taller de Juanca en donde estaban
haciendo unos arreglos para la cocina nueva. Le pregunté qué significaba eso y
se enredó explicándome. Ahí entendí que la poesía es inexplicable. Le salió
espontáneamente y la mente y el raciocinio estuvieron a punto de matar la
magia. Ante la poesía y el arte es mejor observar, escuchar, disfrutar y no
tratar de entender nada con la mente. Y cuando un niño habla desde el corazón,
siempre es poesía.
Ahora en la tarde cuando nos dimos cuenta
de que una perilla de la estufa estaba dañada y que empezamos a preguntarnos
qué habría pasado y quién la habría dañado (aunque no había molestia ni
discusión de ninguna clase, es inevitable transmitir con la voz lo que se está pensando o imaginando sobre lo
que pudo haber pasado) y Bhai se levantó de hacer lo que estaba haciendo
(estaban pintando) y nos dijo: "Tengan calma y compasión. No pasó
nada."
Con su manera especial de ver el mundo y
la vida me saca de formas de ver las cosas no siempre positivas.
Hace unos días leyendo el libro de la
desescolarización por excelencia (The Big Book of Unschooling de Sandra Dodd)
hice un ejercicio que ella propone en una página dedicada al servicio. Lo
escribí y se lo envié, pues ella proponía enviárselos a su correo personal. Muy
amable, me escribió inmediatamente con mucho entusiasmo. Quedamos en
comunicación y pegó lo que escribí en su página web, donde recoge escritos en
español y puso un anexo a este blog. Los invito a que lean su página que está
llena de recursos e inspiración: http://justaddlightandstir.blogspot.com/2014/06/joy-awe-and-magic.html
http://sandradodd.com
http://sandradodd.com
Sigo haciendo la mayoría del trabajo en
mí misma: Cómo entender la vida sin escuela. Qué significa eso? Lo que puedo
decir por ahora es que a nosotros como familia nos da mucha libertad y
amplitud. Libertad de tiempos y de lugares en donde se puede vivir (que
necesariamente es aprender). Sacar el
aprendizaje de un salón de clases es una tarea muy fácil en la práctica (porque
cuando se vive espontáneamente se aprende espontáneamente y todas las materias
se mezclan, se unen y se complementan) pero es una tarea difícil de hacer en la
mente de alguien que ha estado escolarizado toda su vida. Responder a las
preguntas de la gente como "¿y tienes un salón de clases?" "¿y
cómo sabes qué es lo que tienen que aprender?" "¿y no te da miedo que
no estén aprendiendo lo necesario para la vida?" "¿Cómo tienen
disciplina?" Parece otra tarea fácil pero ¡ay! si me cuesta trabajo. Y
creo que la dificultad está en que yo aun tengo mucho camino que recorrer para
desescolarizarme. Sandra Dodd sugiere que toma más o menos un año completar
este proceso de desescolarización en un adulto. Algunas de las preguntas me las
he respondido a mi misma pero por una aversión al enfrentamiento prefiero
responder a quienes por lo general me las hacen (desconocidos o curiosos) como
una familia que educa en casa que conozco: cuándo les preguntan que sus hijos a
qué colegio van, en vez de contestar que no van al colegio, dicen que van a un
colegio que se llama "Mi Casa" que es nuevo y que es muy bueno. Las
respuestas verdaderas serían: "nuestro salón de clases es el mundo
entero", "ellos son los que saben qué tienen que aprender. Si no es
relevante para sus vidas para qué aprenderlo? Y si es relevante para sus vidas
por qué desconfiar en que lo van a aprender sea como sea?" "No me da
miedo. En esta casa solo le tenemos miedo al miedo". "La disciplina,
si no es auto impuesta, no es disciplina." Lo escribo aquí. Por alguna
razón, creo muy falsamente que me lo escribo a mí misma, así se lo esté
publicando al mundo entero. Pero de una manera muy efectiva hacerlo me ayuda en
el proceso conjunto de crecimiento en familia.
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