La confianza en los demás es algo
esencial para su desarrollo como personas, para el nuestro mismo y para la
relación entre uno y los demás. Es la base de cualquier relación. Observando la
manera de relacionarse de los adultos con los niños en un parque por ejemplo,
noto siempre el ambiente lleno de "no". Los adultos (y me incluyo,
porque por más esfuerzo que haga por auto observarme caigo en el error a veces
sin darme cuenta) llenamos a los niños de advertencias y de noes que no son más
que nuestros miedos expresados. Tenemos en la mente una idea de cómo deben ser
las personas y de qué cosas deberían hacer a determinado tiempo. En especial
hacemos esto con los niños. A tal edad deberían hacer tal y cuál cosa, a esta
otra edad deberían aprender esto o lo otro y es así que con nuestras
expectativas y con nuestros miedos, vamos forjando sus personalidades,
decidiendo por ellos qué deberían hacer. No solo afectamos su comportamiento y
las actividades que desempeñan, sino sus principios como la sinceridad por ejemplo.
Forzándolos a determinados comportamientos, los volvemos artificiales. Les
enseñamos a reir cuando lo que quieren es llorar, les enseñamos a decir
"qué lindo" cuando en realidad no les gustó. Hace unos días me tocó
presenciar en un parque la celebración de un cumpleaños de un niño. Había uno
de los invitados a la fiesta que estaba inmerso en su mundo de juego en la
arenera. A la hora de cantar el Feliz Cumpleaños, el niño estaba en el ápice de
su creación y no quería salir de donde estaba. Estaba realmente inmerso. Entre
4 adultos (padres y abuelos incluidos), se encargaron de forzarlo a salir de
donde estaba y llevarlo a cantar. El niño se revelaba diciendo que el no quería
cantar, que no quería entrar y que quería seguir jugando. Los adultos sobrepusieron
su necesidad de ver a un niño "correctamente comportado" que canta y
sonríe a si no lo sienta, a las necesidades verdaderas del niño en ese momento.
Yo desde afuera del drama solo veía una llama en el niño extinguirse.
Paralelamente a esta escena, había otra niña que tampoco quería entrar a
cantar. La madre le ofrecía premios si entraba y hacía lo que no quería. Otro
niño estaba jugando feliz en el parque, aún ya cayendo el sol. La madre para
disuadirlo de que dejara el parque y entraran a despedirse para irse, le decía
al niño que el parque ya estaba cerrado y que se volvía peligroso (las dos
cosas eran falsas pues era un parque privado, que no se cierra). En los tres
casos, los adultos se encargaron de persuadir al niño, forzándolo. Lograron lo
que querían ver (los niños adentro comportándose como ellos querían que se comportaran)
pero también lograron lo invisible: niños que empiezan a aprender a dejar sus
pasiones de lado, a seguir la corriente de lo que la sociedad espera de ellos,
y a anteponer lo que la sociedad espera de ellos a sus propias necesidades y
sueños. Claro, es inevitable influir en su desarrollo. Y no digo que esto sea
malo, siempre y cuando no sea una influencia forzada y aplacadora de su libre
expresión. Estos niños que miramos desde arriba y que creemos que por eso son
pequeños e indefensos, son seres completos con una capacidad de decisión. Los adultos
deberíamos, al estar a cargo de su crianza, trabajar en nosotros mismos. Mirar
hacia adentro todo el tiempo y ver cómo influenciamos sus vidas positivamente,
sin fuerza y sin miedo. Eso es una responsabilidad y un deber. No digo que sea
fácil, pero es un trabajo necesario.
Termino esta entrada con un par de anécdotas relacionadas a la entrada anterior:
Bhai durante su viaje al mar cogió esto como lema: "relájate, cálmate y disfruta del viaje". Lo he tomado com o"mantra" o como actitud de vida.
Ayer viendo que su abuelo y Tina se iban de viaje les dijo: "No se preocupen. Nosotros cuidamos a Cacho" (Cacho es el cachorro del abuelo y Tina).
Cada vez es más exacto en sus expresiones y va saliendo más su personalidad introvertida pero directa. Dice lo necesario en el momento justo y con sus frases muy bien armadas.
Termino esta entrada con un par de anécdotas relacionadas a la entrada anterior:
Bhai durante su viaje al mar cogió esto como lema: "relájate, cálmate y disfruta del viaje". Lo he tomado com o"mantra" o como actitud de vida.
Ayer viendo que su abuelo y Tina se iban de viaje les dijo: "No se preocupen. Nosotros cuidamos a Cacho" (Cacho es el cachorro del abuelo y Tina).
Cada vez es más exacto en sus expresiones y va saliendo más su personalidad introvertida pero directa. Dice lo necesario en el momento justo y con sus frases muy bien armadas.