Empezamos este viaje el 23 de septiembre
llegando a Arizona donde participamos de la conferencia de familias que educan
sin escuela. Había gente de todo EE.UU. Aprendimos mucho, compartimos mucho y
nos llenó de ánimo ver que hay tantas familias buscando y encontrando un camino
con sentido al proceso de crianza de los niños. El común denominador de estas
familias era el querer vivir el proceso de aprendizaje en todas partes, en
familia. Había un ambiente de introspección generalizado con el que me sentí
identificada. No había una actitud de "nosotros papás educando a estos niños" sino mas bien "todos aprendemos y crecemos juntos".
Había toda clase de actividades y los
niños pasaron muy bien estos 4 días. En general había respeto en el ambiente.
Nadie sermoneaba a nadie, nadie regañaba a nadie. Vimos niños pequeños como
Bhai y Noe, adolescentes expresándose libremente y muy respetuosos de los
demás, y conocimos adultos que han sido educados sin escuela que tienen vidas
felices y productivas. Tuvimos conversaciones muy ricas con muchos de ellos y creamos lazos con otras familias que están en un proceso similar al nuestro.
El resto de los días en Phoenix los
pasamos con amigos esquiando y con Harry
y mi mamá que nos consintieron mucho. Fuimos al rojo Sedona a bañarnos en el
río y donde Bhai se encontró una chicharra antes de que la aplastara un carro.
Como Juanca le explicó que tenían unas pequeñas sierras en la boca que le
podían hacer daño, buscó una piedra lisa y la agarró de arriba y la puso sobre
la piedra con mucho cuidado. La veló casi media hora, hasta que ya debíamos
irnos. La puso al lado de un árbol despidiéndose emotivamente de "mi nueva
mascota preferida".
Fuimos a un show de reptiles en Tucson donde Bhai se metió un buen rato a consentir a un lagarto monitor y a un cocodrilo. También lo dejaron acariciar unas serpientes y estaba feliz. Noe también gozó mucho aprendiendo sobre los lagartos y pidiendo que le hicieran "green crocodiles" con bombas de inflar.
Vimos a nuestros buenos amigos la familia
Hammerschlag a quienes siempre es refrescante ver.
De ahí salimos para Orlando para el Mundial
de esquí. Fue una gran experiencia estar en ese torneo. El nivel era muy bueno
y las condiciones perfectas pues nos quedamos en una casa en el lago. Los niños
y Juanca pudieron hacer lo que quisieron
mientras que yo esquiaba y veía esquiar. Esquié muy bien y cumplí con los
objetivos que me propuse. Quedé de 5 en salto y de 5 en el overall. Eso es lo
máximo que he hecho en un mundial. Había 300 esquiadores participando y fue muy
motivante ver a tanta gente en forma, haciendo bien un deporte. Muy
enriquecedor.
Al terminar la semana del campeonato nos
fuimos a recoger a mi madre para empezar nuestro viaje por Disney. Mi mamá
consiguió un muy buen resort con unos caminos muy lindos para caminar, campos
de golf y piscinas. El apartamento muy cómodo. Compramos un buen mercado y
pasamos una semana inolvidable. El primer día recorrimos Magic Kingdom, el
parque original de Disney Land. Estabamos muy a la expectativa de la reacción
de los niños al llegar, especialmente de Bhai, pues era una posibilidad que no
quisiera entrar a un lugar como ese y que no se quisiera montar en nada. Lo
preparamos con anterioridad contando situaciones con las que probablemente nos
íbamos a encontrar, como "vamos a un lugar donde habrá mucha gente y
tendremos que hacer filas para montarnos en unos carritos para hacer unos paseos"
o cosas por el estilo. Estuvimos ahí desde las 9am hasta las 9pm. Pasamos
felices. La primera atracción a las que los montamos fue una aventura por unas
minas en las que el carrito caía por una loma inclinada y pasaba por unos
túneles oscuros. Los niños habían querido montarse adelante y solos. Se
montaron en el carro de más adelante donde no veían a nadie y además iban los
dos sentados juntos y nosotros detrás. Esa fue la desensibilización súbita a lo
que se vendría de ahí en adelante durante el resto del viaje. Inocentemente los
preparamos para el resto de la semana. Al bajar, dijimos con Juanca: "con
esa quedaron bautizados" y dice Noe: "sí, ahora nos llamaremos
Montaños Rusos".
Recorrieron todo el parque y repitieron
las atracciones que más les gustaron como la pista de carreras de carros.
Al día siguiente estábamos exhaustos. Nos
quedamos el día entero en el hotel, descubriendo las piscinas, explorando las
caminatas por entre los bosques floridanos y haciendo planes para los días que
venían.
Al día siguiente nos fuimos para Animal
Kingdom, otro de los parques de Disney. Es un parque con muchos animales y
ambientes de todo el mundo. Nos encantó. Empezamos el día con un show del rey
león que fue espectacular. Después recorrimos todas las atracciones incluído un
safari donde vimos leones, elefantes, jirafas, rinocerontes blancos y vacas de
cuernos enormes. Fue muy lindo. Viajamos en tren y fuimos al fondo del mar en
el show de Nemo. Los niños estaban extasiados. El ambiente era de felicidad
total. En esos parques no se oye a los niños llorar ni a los adultos gritar.
Todo el mundo vive feliz. Muy rico.
Al día siguiente descansamos y visitamos
a mi amigo Camilo en su casa del lago que es un pequeño paraíso de esquiadores.
La casa es hermosa sobre un gran lago que conecta con muchos más. Los niños
viajaron en lancha, la manejaron y vieron su hidroavión, lo exploraron y se
subieron a ver cómo funcionaba.
Al día siguiente nos fuimos para Lego
Land. Legoland está sobre lo que antes era Cypress Gardens, el parque temático
más antiguo de la Florida, donde se iniciaron los shows de esquí en los años
30. Todo está diseñado para niños desde los 2 hasta los 8 años. Es perfecto
para la edad de Bhai y Noe. Les encantó y rasparon parque desde que abrió hasta
que cerró a las 8pm. Creo que caminamos por lo menos 10 km. Aun tienen los
shows de esquí pero con personajes de lego y con los piratas como tema
principal. Gozamos todos inmensamente.
Ayer domingo, último día de nuestro
viaje, nos quedamos en el hotel descansando, durmiendo y haciendo unas compras
de ropa para los niños.
Todo lo que hicimos fue un adorno al
verdadero valor de este viaje que fue ver a Bhai y a Noe florecer como buenas
personas. Como siempre nos hicieron reir con sus apuntes. Al llegar a EE.UU y
entrar a los baños de los aeropuertos con los secadores y los dispensadores de
jabón, agua y toallas automáticos, Noe me dijo: "¡uy mamá, aquí todo es
automágico!". En los parques de diversiones, en medio de las atracciones
Bhai se decía a sí mismo "¡respira profundo, cálmate, relájate!" y al
bajar después de los sustos de las bajadas súbitas y la oscuridad, gritaba:
"¡me encantan los parques de diversiones!" Al salir el primer día de
Magic Kingdom nos dijo: "ya no le tengo miedo a nada". Y enumerando
con los dedos: "ni a la oscuridad, ni a los túneles, ni a las montañas
rusas". En Animal Kingdom nos decía: "a mí me encantan los animales:
me encantan las serpientes, las iguanas y las personas". Jajaja Esa si que
me hizo reir. Me recordó al dicho de mi papá: "entre más conozco a los
personas, más quiero a mi perro".
Noe se antojaba de cada cosa que veía en
los almacenes de los parques. Algunas las compró pero para otras verdaderamente
no nos alcanzaba la plata, que estábamos cuidando muy bien para poder hacer
todo el viaje como lo habíamos planeado. No recuerdo cómo le habré explicado yo
que no lo podíamos comprar, pero después de 3 días de parques me dice:
"mamá, ya entendí qué seinifica (queriendo decir "significa")
caro. Caro es cuando te falta plata." Es la mejor definición de "caro"
que he oído en mi vida. Y me recordó a la filosofía de Pipe: En vez de
preguntar "can I afford it?" Pipe se pregunta "how can I afford
it?" O en palabras de Tato: "tire la billetera y salga corriendo
detrás". Muy chistoso. Después de tres días de antojos insatisfechos le
propusimos que le dábamos una plata y el decidía en qué se la quería gastar.
Escogió un sombrero, un parche y un garfio pirata. Eso para añadírselo a la
espada pirata que se había comprado el primer día en Magic Kingdom. Bhai no
quiso nada. Frugal como su papá y su abuela paterna. No quiso nada aparte de
una pistola de Buzzlight Year que apenas la abrió se la dió a su hermano para
que jugara con ella.
En una de sus manifestaciones de amor,
Bhai me abraza y me dice: "Mamá, todo mi corazón es tuyo". Y empieza
a cantar: "hay amor en el aire, hay amor en el aire" y me coge de la
mano y empieza a bailar conmigo. Por supuesto que parecía una escena de
película en donde la princesa (yo en este caso) no pudo hacer nada más que
derramar lágrimas. Divino.
Durante el campeonato, Noe me dice:
"mamá, yo te pongo la medalla". A lo que yo le respondí: "Noe,
no se si me gane una medalla. Primero tengo que participar." Y me dice:
"tu eres una ganadora. Tu nunca fallas mamá."
O cuando sale corriendo con la paleta a
la sala y le digo: "Noe, no te lleves la paleta a la sala porque puedes
ensuciar el sofá. " No mamá, tranquila, confía en mí. Yo no voy a
regar."
En Legoland, Noe quería repetir una atracción e hizo la
fila solo. Cuando llego a la cabeza de la fila, el señor de la entrada le
preguntó "where's your party?" pues se suponía que un adulto debía ir
con el hasta ese punto (en los caballos de la atracción solo podían montarse
los niños). En vez de asustarse por no entender lo que le decían, le dijo al
señor "wait" y salió corriendo a buscarme pero no para que yo fuera a
solucionarle el problema, sino para preguntarme: "mamá, ¿qué seinifica
(queriendo decir "significa" y me niego a corregírselo porque me encanta
la media lengua y creo que es lo único que no dice perfectamente)
"party"?" Casi me derrito de la ternura al verle la firme
decisión de solucionar el problema solo y de lograr montarse en el caballo
solo, sin ayuda.
La cantidad de anécdotas fue enorme y por
tanto que tuvimos no las escribí en el momento y algunas se me han olvidado. De
vez en cuando algo me las recuerda y entonces las escribiré.
La llegada de regreso a la casa ha sido
deliciosa. Extrañaban su "casa de Chocontá" según Bhai y "Mi
casa de Suesca" como la llama Noe. Llegaron a ver a todos sus animales.
Bhai quiere dormir con los perros en su cama y esta mañana persiguió a los
gatos por todas partes para consentirlos. Dice que por favor le ayudemos a
armar aquí su colección de iguanas. Creo que para eso tendremos que visitar
mucho a la tía Vero cuando esté frente al mar. Hoy me preguntó Bhai que si
Swamiji ya tenía en India una fábrica de dulces.
Los noto muy despiertos y muy receptivos
a los cambios que yo he hecho en mi manera de relacionarme con ellos. Mi manera
nueva es dar un paso atrás cada vez que algo pasa hacia lo que yo naturalmente
reacciono. Cuando estoy a punto de decir "no" a lo que sea, doy un
paso atrás y me pregunto: ¿por qué no? y por lo general la respuesta nunca
llega inmediatamente. Y entonces me preguntó: ¿como hago para decir sí?. Y
siempre llega una manera más humana de tratarse. Ellos son más cuidadosos en su
trato conmigo y con los demás y yo también. Ellos reconocen y honran que se les
escucha y que sus decisiones tienen peso y por eso escuchan y honran las
peticiones de los demás. Y todos crecemos como personas. No es fácil y fallo
mucho. Pero por lo menos ya empecé un trabajo sobre un camino concreto, sobre
el que he estado leyendo. Es la paternidad/maternidad compasiva, en el
verdadero sentido de la palabra: cómo hacer para ponerse en los zapatos del
otro y tratar de entender de dónde viene lo que está diciendo; tratar de ver el
mundo como esa persona lo está viendo para poder entender más de cerca lo que
está diciendo y así yo poder alejarme de mis hábitos de reacción, abandonar el
uso de frases de cajón que se dicen sin sentido y con las que las personas se
ofenden. Escucharlos de verdad y tratar de decir Sí más veces. Ojalá pudiera
abandonar el "no".
Esto me trae a otra anécdota: Noe tiene
un dicho que es "bla bla bla". Lo usa muy acertadamente cuando un
adulto está hablando más de la cuenta, ya sea para "cantaletearlo" o
para darle información que el no ha pedido. Claro, no suena muy amable si lo
dijera un adulto, pero como viene de un niño de 4 años, suena gracioso. Como
estoy en la tarea constante de ponerme en sus zapatos y ver porqué dicen lo que
dicen, he notado como el uso del dicho es sistemático. Lo usa exactamente para
las situaciones que conté antes, con una perspicacia impresionante. Se ha
vuelto mi "termómetro" para saber cuando estoy hablando de más. La
verdad es que cuando tengo conversaciones ricas con el en las que no estoy en
la posición egoista de quererle enseñar algo que yo se y que el no, el nunca
usa el blablabla. Ese es un ejemplo de algo que sin pensarlo, para algún padre
podría ser algo irritante y merecedor de castigo pero que yo en esta nueva
actitud de maternidad/compañerismo se me volvió una herramienta para yo cambiar
algo en mi. Ese es el único cambio que puedo hacer.
Hoy recogí todo lo que fui coleccionando
en el viaje como las entradas a los parques etc y les propuse que si hacíamos
el libro de experiencias. Bhai me cogió todas las entradas, los mapas etc y me
dice: "no mamá. Solo fue un viaje. Ya está. Ya se terminó." Uy que
capacidad de estar presente! El ya no está mirando más que sus flores y sus
animales aquí. Qué don!
Hoy al acostarse, cada uno dijo una frase
justo antes de quedarse dormido. Noe dijo: "Adiós Dios, acompáñame en mis
sueños".
Y Bhai dijo: "Yo soy Bhai y para mi
todo es posible".
Mis personajes me enamoran cada día más.
Soy una afortunada de tener estos dos grandes maestros.
Hola Manuela, me gustaría poder contactar con usted pero no encuentro ningún email en su perfil ni nada para poder escribirle. ¿Podría facilitarme la manera de hacerlo?
ResponderBorrarMuchas Gracias!! :)