martes, 28 de octubre de 2014

Escalada

Ayer fuimos a la casa de nuestros amigos Carolyn y Juanca y sus hijos Mía y Salomón en Suesca. Su casa frente a las rocas es un paraíso. Pasamos un día que para todos creo que será memorable. Fue uno de esos días en los que el tiempo no existe. No hay nada más que hacer distinto a estar presentes en la magia del momento. Los papás les armaron una ruta a los niños para escalar y un columpio para que escalaran hasta cierto punto y luego se dejaran ir con la fuerza kinética. Verlos escalar hasta arriba y pararse sin miedo para después lanzarse sabiendo que su arnés y cuerda los iba a sostener fue conmovedor. Se relajan sin ningún miedo y se entregan a una experiencia que yo viví por primera vez a los 16 años cuando me tocó enfrentarme a unos miedos muy arraigados. Para estos niños a los 3 y 4 años es natural no tener miedo. Así nacen y ojalá así se queden. Dejo unas fotos para el récord:





















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