miércoles, 27 de agosto de 2014

Batú y días en el campo

Ayer murió Batú, un perro compañero de mi padre desde hace 13 años. Era un miembro más de la familia, activo, guradián y noble y todos en la familia lo queríamos mucho. Cuando me enteré, estaba con Bhai y le conté. Le dije que Batu estaba muriendo (en ese momento estaba en sus últimos minutos de vida). Bhai me miró con tristeza, cerró los ojos y se quedó en silencio un rato y después los abrió, me miró y me dijo: Así está mucho mejor. Y me abrazó. Su entendimiento de la vida y de la muerte, que seguramente no viene de sus pensamientos sino más de una conexión con algo a lo que la mente mía no me deja acceder, me dio sosiego en ese momento y me hizo entender más positivamente ese momento que tan duro me estaba dando. Ese es el tipo de cosas que me dejan ver que Bhai tiene una información nueva a la que yo hasta ahora con el trabajo del yoga y con mi vida junto a el tengo acceso. Es cosas como estas las que me aseguran que no puedo dejar que a Bhai se le compare con un patrón tan limitado en tantos aspectos como es la definición de ser humano de nuestra sociedad. Este niño llegó a nuestras vidas para mostrarnos cuánto más amplio es el mundo y cuánta más rica es la experiencia de vivir. No querer ensancharse y proteger esas cualidades que viene a enseñarle a los que tenemos el privilegio de vivir con el, sería un sacrilegio.
Ayer Noe me dijo que estaba aborrando saliva. Le pregunté qué significaba aborrar y me dijo: mamá, te acuerdas que yo ahorro monedas? (ahí rápidamente corrigió aborrar por ahorrar). Pues es lo mismo: estoy ahorrando saliva. Y le pregunté: Y ¿para qué estás ahorrando saliva? Me respondió: Para poder llorar más. ¿Cómo así? le pregunté. Si ahorro saliva, hay más agua para lágrimas. En ese momento no se me ocurrió preguntarle por qué quería llorar más pues no interpreté su comentario como una manifestación de su estado emocional sino más bien como un raciocinio del curso del agua del cuerpo. Era a mi modo de ver una elaboración bastante sofisticada para un niño de 4 años de qué pasa con el agua del cuerpo y cómo toma distintas formas dependiendo de la necesidad. Ni se me ocurrió que estuviera diciendo que quería llorar de tristeza pues hacía unas horas en un trancón de 2 horas en Bogotá que en realidad sí daba como para llorar de desespero, Noe sacaba la cabeza por la ventana del carro y decia: "¡Soy feliz!" . La gente de los carros de al lado sonreía ante tal exclamación en medio de ese caos.

Bhai y Noe se ven felices en su ambiente de crecimiento constante. Bhai está fascinado escribiendo en los teclados de los computadores y ese será el lugar en el que va a aprender a escribir y a leer seguramente. Noe ayer empezó a escribir. Copia lo que uno le escribe y luego recorta palabra por palabra y después las identifica y las pone en orden para armar la frase que el mismo diseñó al comienzo. El mismo diseñó su método de aprendizaje. Ayer escribió solo "Yo hoy monté a caballo", que puso debajo de una foto de el montando.

Bhai sigue fascinado con los libros del cuerpo humano, de medicina y anatomía. Nos dice "yo amo leer". Aveces me dice cosas sobre libros que yo no le he leído porque son textos de referencia que no tiene como saber a menos de que lea o de que infiera muy acertadamente de algunos de los dibujos o fotos de los libros. Lo que sea,  su interés por los libros y la lectura es tal que seguramente dentro de muy poco ya tendrá acceso al mundo de la literatura por sus propios medios.
Dentro de poco iremos a una conferencia de homeschooling en Arizona: http://www.freetobeconference.com/

Algunas fotos con Batú y su abuelo Gus y con algunas de sus actividades diarias en la casa.










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