jueves, 29 de mayo de 2014

Confianza, respeto y educación sin fuerza y sin miedo


La confianza en los demás es algo esencial para su desarrollo como personas, para el nuestro mismo y para la relación entre uno y los demás. Es la base de cualquier relación. Observando la manera de relacionarse de los adultos con los niños en un parque por ejemplo, noto siempre el ambiente lleno de "no". Los adultos (y me incluyo, porque por más esfuerzo que haga por auto observarme caigo en el error a veces sin darme cuenta) llenamos a los niños de advertencias y de noes que no son más que nuestros miedos expresados. Tenemos en la mente una idea de cómo deben ser las personas y de qué cosas deberían hacer a determinado tiempo. En especial hacemos esto con los niños. A tal edad deberían hacer tal y cuál cosa, a esta otra edad deberían aprender esto o lo otro y es así que con nuestras expectativas y con nuestros miedos, vamos forjando sus personalidades, decidiendo por ellos qué deberían hacer. No solo afectamos su comportamiento y las actividades que desempeñan, sino sus principios como la sinceridad por ejemplo. Forzándolos a determinados comportamientos, los volvemos artificiales. Les enseñamos a reir cuando lo que quieren es llorar, les enseñamos a decir "qué lindo" cuando en realidad no les gustó. Hace unos días me tocó presenciar en un parque la celebración de un cumpleaños de un niño. Había uno de los invitados a la fiesta que estaba inmerso en su mundo de juego en la arenera. A la hora de cantar el Feliz Cumpleaños, el niño estaba en el ápice de su creación y no quería salir de donde estaba. Estaba realmente inmerso. Entre 4 adultos (padres y abuelos incluidos), se encargaron de forzarlo a salir de donde estaba y llevarlo a cantar. El niño se revelaba diciendo que el no quería cantar, que no quería entrar y que quería seguir jugando. Los adultos sobrepusieron su necesidad de ver a un niño "correctamente comportado" que canta y sonríe a si no lo sienta, a las necesidades verdaderas del niño en ese momento. Yo desde afuera del drama solo veía una llama en el niño extinguirse. Paralelamente a esta escena, había otra niña que tampoco quería entrar a cantar. La madre le ofrecía premios si entraba y hacía lo que no quería. Otro niño estaba jugando feliz en el parque, aún ya cayendo el sol. La madre para disuadirlo de que dejara el parque y entraran a despedirse para irse, le decía al niño que el parque ya estaba cerrado y que se volvía peligroso (las dos cosas eran falsas pues era un parque privado, que no se cierra). En los tres casos, los adultos se encargaron de persuadir al niño, forzándolo. Lograron lo que querían ver (los niños adentro comportándose como ellos querían que se comportaran) pero también lograron lo invisible: niños que empiezan a aprender a dejar sus pasiones de lado, a seguir la corriente de lo que la sociedad espera de ellos, y a anteponer lo que la sociedad espera de ellos a sus propias necesidades y sueños. Claro, es inevitable influir en su desarrollo. Y no digo que esto sea malo, siempre y cuando no sea una influencia forzada y aplacadora de su libre expresión. Estos niños que miramos desde arriba y que creemos que por eso son pequeños e indefensos, son seres completos con una capacidad de decisión. Los adultos deberíamos, al estar a cargo de su crianza, trabajar en nosotros mismos. Mirar hacia adentro todo el tiempo y ver cómo influenciamos sus vidas positivamente, sin fuerza y sin miedo. Eso es una responsabilidad y un deber. No digo que sea fácil, pero es un trabajo necesario.

Termino esta entrada con un par de anécdotas relacionadas a la entrada anterior:
Bhai durante su viaje al mar cogió esto como lema: "relájate, cálmate y disfruta del viaje". Lo he tomado com o"mantra" o como actitud de vida. 
Ayer viendo que su abuelo y Tina se iban de viaje les dijo: "No se preocupen. Nosotros cuidamos a Cacho" (Cacho es el cachorro del abuelo y Tina).
Cada vez es más exacto en sus expresiones y va saliendo más su personalidad introvertida pero directa. Dice lo necesario en el momento justo y con sus frases muy bien armadas. 

miércoles, 21 de mayo de 2014

Aprendizaje personal

Hoy pensaba en que no tenía nada que escribir en el blog pues no hemos hecho ninguna actividad muy planeada. Los días aquí en el mar han sido acerca de estar presente, de no mirar el reloj y de gozar ese inmenso cuerpo de agua al máximo. Ahí nos la pasamos la mayoría del día y algunos ratos de la noche. Los observo y veo como sin ningún esfuerzo ellos están inmersos en un mundo completo, al que no le falta nada. Felices, como todo niño debería ser (y todo adulto también).
Bhai en el mar, Emma, Noe y yo en la playa

Pero y ¿qué es la felicidad? ¿Acaso es un fin? ¿Qué tan cercana está a los placeres de los sentidos? ¿Es justificable la felicidad cuándo no pensamos en nadie más aparte de nosotros mismos?¿Qué tan fácil es contestar estas preguntas y confundirse en la búsqueda de algo tan efímero? ¿Acaso es fácil saber cuándo se es feliz?
Creo que no se responder definitivamente a ninguna de ellas. Lo que no puedo confundir, es cuando la felicidad se ve plasmada en la cara de un niño. Porque con la sinceridad de un niño, la felicidad no puede esconderse como placer de los sentidos, o como egocentrismo. Es genuinamente felicidad o más bien, alegría. Y en ese estado todo el aprendizaje llega sin ningún esfuerzo. Es un estado de aprendizaje y de crecimiento en sí.
Viendo a Bhai en ese estado dentro del agua, en donde puede permanecer horas enteras sin darse cuenta del paso del tiempo pues ni hambre le da, pensaba en que este blog lo he dedicado a contar lo que ellos aprenden del mundo alrededor y no mucho a lo que yo aprendo de ellos.
En estos días aquí hemos tenido varios eventos que han puesto a prueba la convivencia. Bhai en todas esas situaciones se ha caracterizado por mantener la calma y por querer que los demás la mantengan. Me dice: "tranquila, relájate, cálmate, todo está bien." Nunca indispone a nadie adrede y nunca molesta a nadie a menos que lo molesten a el. Es decir, que sí se defiende, pero solo si alguien lo está agrediendo de alguna manera. De resto, siempre encuentra su actividad, lo que quiere hacer, sin molestar a nadie. Es un hacedor de paz. Se ha vuelto un compañero deleitoso. Pero más que eso, un maestro. Las ínfulas de padre que enseña quedan aplastadas con la sabiduría de su actitud de vida.  

Termino con un cuento que le contó Noe a Emma esta noche:
"Emma, ¿te cuento un cuento?" "Sí Noe", le dijo Emma. Noe: "El conejo de Pascua quiso convertir su reino en un plato de comida para perros pero no le funcionó y quedó convertido en un plato de fríjoles."

domingo, 18 de mayo de 2014

Destilación, el bosque y el mar

Hemos estado lejos de casa en la última semana. La semana pasada en casa destilamos nuestra primera muestra de aceite esencial de lavanda. Cosechamos la lavanda, la pusimos en el destilador, sacamos el aceite e hicimos una crema de cera de abejas. Los niños participaron de todo el proceso durante el día entero, muy interesados.




Se nos vino encima la remodelación de la cocina de la casa y después de ayudar un poco en la demolición de la vieja cocina, salimos corriendo para no estar entre el polvero.
Demolición
Estuvimos toda la semana pasada en Bogotá compartiendo mucho con los primos. Emma, Simona, Bhai y Noe ya son inseparables. Cuando no está alguna Bhai pregunta: "¿Donde está Emma? ¿Donde están mis primas?" Tuvimos que ir al otorrinolaringólogo porque Bhai me había dicho que tenía una flor en la nariz. Yo ya había revisado y no la había visto. Sin embargo preferí la revisión de un experto que encontró una flor de lavanda completa muy arriba en la fosa nasal derecha. Cuando llegamos al consultorio del médico, a la recepcionista le dijo muy tranquilamente y como creación propia: "¡hola! Yo soy Bhai Osorio Jaramillo. Tengo una flor en la nariz y tengo mucha fiebre." Después de que el médico lo vió y en efecto constató que tenía la flor adentro y que lo acostó en la camilla para sacársela, Bhai le dijo: "yo soy muuuuyyyyy valiente". Se acostó muy tranquilo y se dejó hacer la operación sin ningún problema, aparte de cuando le apretaron las manos para que no fuera a moverse. Sentirse sin libertad le causa angustia.

Cuando salimos de casa es mucho más difícil mantener la rutina de las actividades que normalmente hago en casa. Sentarnos en la biblioteca a revisar nuestro trabajo de Peru y reforzar algunos fonemas, los masajes buco linguo faciales y el cierre del día con el libro de experiencias son tareas que en un entorno distinto al rutinario, son difíciles de llevar a cabo. Y me pregunto ¿por qué? Tal vez porque hay tanta actividad aquí lejos de casa, que no hay tiempo para hacerlas, o tal vez porque el aprendizaje es tan espontáneo y natural que una actividad planeada parece fuera de lugar. No se, pero fuera de casa es una buena oportunidad para fortalecer la fe en mi y confiar en que este salirse de la rutina (así eso dure dos semanas o más) les enseña otro tipo de habilidades como la adaptación rápida a los cambios, como la socialización con todo tipo de gente siempre diferente que les impide armar "bandos" o grupos o preferencias a la hora de relacionarse. Simplemente es la vida como es, espontánea y natural.

Ayer en la mañana hicimos un paseo de primos a los cerros orientales de Bogotá con picnic. Bhai me sorprendió cuando apagó la tele y bajó las escaleras corriendo, pidió el ascensor y nos llamó a todos para que nos fuéramos al "picnic en la montaña". Empezó a subir rapidísimo. Llevaba un libro de insectos en sus manos, contándonos que las truchas comían moscas y que el insecto de la foto se llamaba tijereta. Iba tan rápido que un par de veces le tocó esperar al resto de sus primos y entonces empezó a ponerle nombres a los perros que veía en el camino: "a ti te llamaré Peludito, le dijo a Cacho". Y a otro que pasó (creo que era un pitbull o alguna de esas razas que babean): "a ti te llamaré Babosito". Así subió hasta el lugar del picnic. Luego se quitó los zapatos y se sentó a leer su libro con una concentración que la gente que pasaba se asombraba pues si no lee aún, la propiedad con la que coge el libro aparenta que dominara completamente la lectura. Noe, Emma y Simona también subieron felices hasta el lugar del picnic. Iban coleccionando palos y piedras y haciendo carreras. Les encantó la excursión: Se mojaron, se rasparon, se cayeron, se volvieron a parar, lloraron y se carcajearon. Divinos. En la tarde nos vinimos a Santa Marta a pasar una semana. Seguirán en socialización intensiva de primos Emma, Simona, Bhai y Noe.

De caminata por el bosque.
En orden de adelante hacia atrás: Bhai, Cacho, Noe, Emma, Simona, Juanca.

Este lugar (Santa Marta) es un buen lugar para ver en retrospectiva como van creciendo, pues desde hace 3 años venimos siempre en la misma época. Este año, a diferencia de los anteriores noto que están mucho más independientes y sueltos y que eso se manifiesta de distintas maneras, una de las cuales es la falta de miedo en el mar y las ganas de estar ahí adentro todo el día. Las veces pasadas preferían la seguridad de la piscina. Hoy estuvimos más de 5 horas en la playa. Un par en la mañana, dos más al medio día y dos al atardecer. Mientras veía cómo caía el sol, también los observaba a los dos: Noe, negado a usar cualquier flotador, hacía un esfuerzo grande por meterse al mar sin miedo, por dejar que las olas lo revolcaran y volver a salir tranquilo. Bhai estaba haciendo toda clase de experimentos con las sensaciones de su cuerpo en el agua. Se acostaba en todas las posiciones posibles en el lugar donde revientan las olas, y se quedaba observando las sensaciones que le producía esa experiencia. Recibió las olas de espaldas, acostado con la cabeza hacia el mar, al contrario, acostado sobre el sacro con la cabeza levantada del suelo y las piernas apuntando al cielo entre otras posiciones. Estaba en su propio laboratorio de sensaciones. Hoy también lo descubrí con un plato profundo de vidrio lleno de palomitas de maiz, mirándolas desde arriba, desde la mitad a través del vidrio, y desde abajo a través del vidrio de la mesa y del plato. Y volvía a repetir la observación desde las distintas perspectivas. No se qué estaba viendo, pero estaba interesadísimo en algo que había en un plato lleno de palomitas (para mi no había más que palomitas y aire). ¡Que capacidad de observación! En la playa también lo descubrí probando distintas piedras: las recogía, se las metía a la boca como saboreándolas y las sacaba, una por una. Algo descubría de sus sabores.
Esta mañana Noe se me acercó a preguntarme: "Mamá, ¿qué es un diseño?" y le respondí: "un diseño es cuando tienes una idea y piensas cómo hacerla realidad. Por ejemplo, si quieres hacer una casa, el diseño sería dónde pones las ventanas y por qué, si haces una carretera alrededor, cuántos pisos le haces..." Y me dijo: "¡ah! entonces yo voy a diseñar un castillo con muchas ventanas para que pase el viento, un camino alrededor y un dormitorio en el piso de arriba para la princesa." Y con sus palas y juguetes de arena se dispuso a hacerlo.



En el avión Noe gozó mucho todo el vuelo. A Bhai le dolían un poco los oídos y varias veces me manifestó que quería bajarse del avión por eso. Noe los tenía tapados pero sin mucho dolor y como no se oía bien a sí mismo, empezó a hablar durísimo y cantaba "vamos a la playa, a comer papaya" a todo volumen. Después me preguntó porqué le dolían los oídos y le expliqué rápidamente y empezó a preguntarle al avión entero, para después responderle también al avión entero: "¿saben por qué me duelen los oídos? porque el avión está aterrizando y la presión del aire está cambiando". Estaba emocionadísimo con el viaje. Cuando aterrizamos y llegamos al lugar a donde siempre venimos, me dijo que no se acordaba de nada, a pesar de que estuvimos aquí hace exactamente un año. Me sorprendió eso. Para el ha pasado un siglo en este tiempo. Hace un año era un bebé todavía.

Otra reflexión que hice hoy en la playa es sobre el estilo para aprender tan diferente de los dos. Noe así se crea muy autosuficiente, siempre está haciendo preguntas. Bhai, aunque sí pide ayuda en ocasiones, tiene un poder de estar presente como no he visto. En los ambientes que son "los suyos", es decir, donde se siente cómodo y en donde su interacción con el exterior es totalmente natural y espontánea, está en lo que está en ese momento. En la playa eso se acentúa mucho. Hoy me senté a mirar el mundo tan enorme que hay en la arena de la playa y pude de alguna manera relacionarme con ese poder de estar presente de el en esos momentos: observando cada grano de arena como un mundo entero y cada espacio entre cada grano como otro paralelo. Y ni hablar de los contactos entre el agua y esos mundos. Por supuesto que si uno es tan observador como él, no puede pensar en nada distinto al presente. Eso es muy bello.

sábado, 10 de mayo de 2014

reflexiones sobre unschooling o desescolarización y paseo a clima caliente

Esta semana ha estado llena de viajes, interacción con gente distinta y muy cercana de la familia, tierra caliente, paseos en bicicleta y mucha agua. Cada día se vuelven mejores hermanos. Juegan juntos, se ríen, discuten y se reconcilian. 
hermandad
Encontramos información sobre una conferencia de home/unschooling en Arizona. Se ve muy interesante: http://www.freetobeconference.com/. Hay conferencistas y talleres sobre experiencias de unschooling para renovarse y recargar las baterías. Hemos descubierto un autor que es el pionero del unschooling como movimiento: Se llama John Holt. http://www.johnholtgws.com/. Y por supuesto, a mi me sigue inspirando Laura Mascaró, tal vez porque pasé con ella un par de días en Bogotá cuando vino de visita y porque cuando leo sus palabras le pongo una cara a lo que leo y es entonces más cercano; también es porque al conocerla vi que su experiencia no es solo lo que está en el libro, sino que es algo que ella y su hijo viven como una realidad palpable.
Entre más leo sobre este tema de la educación más veo que lo que nosotros estamos haciendo es más un unschooling que un homeschooling. Según cita Laura a Pam Sorooshian: "el unschooling consiste en dejar de lado las convenciones escolares, eliminar cosas como las asignaturas obligatorias, las tareas de lectoescritura y los exámenes y reemplazarlo por completo por la creación de un entorno rico y estimulante, con muchísimo apoyo de los padres a los niños que persiguen sus intereses y sus pasiones. Muchos padres crean entornos estimulantes y apoyan a los niños en sus intereses, esto no es exclusivo de los unschoolers. Lo que lo convierte en unschooling es que los unschoolers dejan de lado todo lo que tenga que ver con la escolaridad y confían en que sus hijos aprenderán lo que necesiten estando inmersos en ese entorno rico y estimulante con el apoyo de sus padres."

Cada vez me convenzo más de que hacer homeschooling, o unschooling o una mezcla de las dos, es un proceso tan particular a cada familia, que cobijar esos miles de procesos (tantos como familias, o más bien, tantos como niños haya involucrados en ese proceso puesto que cada niño es un mundo aparte y tiene su propio ritmo y manera de aprender) es un error. Hay que incluso desprenderse del nombre y estar despierto y abierto a lo que cada niño vaya pidiendo y necesitando y a lo que uno también requiera en el proceso, pues este no es un aprendizaje que se da en una sola dirección; Aprendemos tanto de nosotros mismos y de nuestro entorno como ellos lo hacen. Para mi, ellos son mi mejor maestro en el viaje interior y mis mejores excusas para el viaje exterior.

Para ilustrar lo que digo de la manera en que cada uno aprende, en nuestro caso, Noe me dijo hace unos días, que por favor no le enseñara nada, porque el podía aprender todo solo y que además el no olvidaba nada. Para demostrármelo, cogió un juego y me pidió que no le explicara cómo se jugaba. Empezó por ensayo y error a ver cómo era, hasta que después de un corto tiempo, había deducido de qué se trataba: "¿ves mamá? yo no necesito que me enseñen nada. Yo puedo aprender todo solo." Esto en contraposición a saber que necesita a alguien que le enseñe cosas más especializadas. Hace unos días me dijo que quería aprender a jugar golf y que necesitaba encontrar a un profesor. Me dijo que el sabía donde buscarlo y fue solo hasta el campo de práctica de golf, pidió bolas, tacos, profesor y clase.
Clase de golf buscada y lograda por el

caminata por el barrio en Anapoima

De paseo en bicicleta

Viendo las hormigas trabajadoras

tarde de arcoiris en Melgar

En el caso de Bhai, el tiene una frase muy bien armada que usa varias veces en el día con una dulzura que es imposible no parar de hacer lo que sea que uno esté haciendo para estar con el: "mamá, ¿puedes ayudarme por favor?" Eso dicho con su dulce voz y su carita y ya se imaginarán lo que siento. Le gusta que lo acompañen a sus descubrimientos y eso en el es un avance enorme, pues quiere cada vez más, incluir a los demás en sus experiencias. Dos maneras de aprender totalmente distintas. Ninguna mejor que la otra.
Con los dos veo plasmado lo que leo sobre el unschooling: Ellos en un ambiente rico y estimulante, aprenden lo que tengan que aprender solos o buscan los medios para que alguien les ayude a descubrir lo que les interesa. Desarrollar la confianza en uno es el único trabajo. Y si entra la duda, recuerdo las palabras de Laura que me escribió como dedicatoria en su libro "sin escuela": "Respira profundo y confía en tus hijos".

Dejo esta entrada con algunas anécdotas:
Noe esta mañana me llamó para mostrarme algo entre las flores: "mamá, mira. Estas son abejas melíponas. Son abejas que no tienen aguijón y por eso no pican." Yo no sabía esto. Revisé en internet y en efecto, la Apis Melipona es conocida como la abeja sin aguijón. Juanca luego me contó que son las abejas que en Colombia conocemos como angelita y que son endémicas de América. 
Bhai en el paseo en bicicleta vio el arco iris y me dijo: "el arco iris tiene muchos colores. Míralos porque ya van a desaparecer."
Durante el paseo Noe nos dijo: "regresemos ya a la casa porque yo tengo que cuidar a mis primas" (Emma y Simona). Y apenas se bajó de la bicicleta preguntó: "Vero, ¿Emma está bien?" 

En la piscina aprenden más de ellos mismos, unos de otros, que lo que aprenderían de un profesor de natación. Eso es impresionante. 





viernes, 2 de mayo de 2014

Abril 30 de 2014


Los días van pasando y no queda tiempo para escribir. No paramos de hacer cosas desde las 6 am hasta las 8 pm. Todo muy divertido por supuesto. Bhai ha estado muy colaborador con los ratos en los que trabajamos en la mesa escribiendo, pintando y contando. Cada vez interactúa de una manera más apropiada y más activa con todos nosotros respondiendo preguntas que se hacen en general (como cuando pienso en voz alta "donde dejé la cuchara" y el me dice "aquí está mamá". Cada vez tiene más momentos en los que sale de su mundo para entrar en el nuestro. Están jugando mucho juntos Noe y Bhai y con frecuencia nos los encontramos riéndose juntos a carcajadas. En el carro hacen muchos juegos de palabras, como que uno dice algo y el otro lo repite igual. Conversan mucho en el carro. Bhai progresa muy rápidamente no solo en su lenguaje oral sino también en su interacción con los demás. Creo que el hecho de estar fuera de una rutina exacta, expuesto a tantos cambios durante todo el día, lo han hecho mucho más resistente al cambio mismo y más adaptable. Esto a su vez ha mejorado sus relaciones con todo. En general se les ve a los dos muy felices y plenos, libres y muy despiertos y abiertos a prender. Me ha encantado de esta experiencia el estar abiertos todos a ver como se va desenvolviendo el día (con una disciplina básica marcada por la rutina natural del día a día (comer, vestirse, ducharse y los horarios propios de una finca)). Me encanta cuando les pregunto "¿qué quieren hacer?" y Bhai me responde "observar un insecto" y Noe me dice "pintar con acuarelas". Entonces vamos a buscar el insecto y lo miramos y aprendemos sobre el sólo con observarlo y luego nos sentamos a pintar con acuarelas. Y de repente les propongo que escribamos algo en el tablero que nos regaló Tina y Noe se levanta y escribe las vocales solo (sin yo haber hecho un esfuerzo por enseñárselas) y Bhai se levanta y traza unas secuencias de líneas diagonales paralelas.
Cada día nos sorprende con una experiencia nueva en la que salen preguntas reales, relevantes. Esta semana que pasó hicimos un par de paseos, entre ellos uno largo en bicicleta hasta unas rocas en donde escalaron. Son paredes de rocas no muy grandes en donde pueden subir estando seguros pero a la vez retándose mucho. Al llegar a la cima la cara de felicidad que tienen pintada lo dice todo. Durante el paseo hacen preguntas muy interesantes como: "¿cómo se hacen los troncos y las ramas de un árbol?" o "¿por qué ladran los perros?" o "¿cómo está el árbol en la semilla?". Preguntas tan simples que uno cree que sabe y que cuando va a contestar tiene que pensar dos veces para no responder tontamente y no apagar esa sed de conocimiento. Además, si trato de responder muy literalmente el proceso, se aburren. Entonces en un segundo hay que encontrar la manera perfecta de tejer una historia con la realidad para que les parezca interesante mantener la atención en la explicación y que la pregunta quede contestada.
Seguimos con nuestro entrenamiento de esquí del cual ya son parte, pues me colaboran muchísimo quedándose tranquilos y muy juiciosos mientras yo esquío. Se sientan a ver sus libros y a pintar hasta que yo termino y luego nos metemos un buen rato en las termales y en la piscina. Ese día les encanta. Rompe con la rutina de la finca completamente y a los tres nos sirve un montón.
Un logro muy importante de esta semana es que tomamos la decisión de ir con Juanca a un curso en Peru sobre educación integral con especialidad en temas de lenguaje. Estamos muy entusiasmados porque seguro aprenderemos mucho para diseñar estrategias de aprendizaje en esta experiencia de educación en familia.
La familia


Escalando


Los tres apicultores preparándose para el trabajo

Los dos apicultores subiendo a ver las abejas

Noe ayudando a ahumar 

primera destilación de aceite esencial en casa