martes, 3 de junio de 2014

Adaptabilidad, apicultura, 4 meses de desescolarización y una cita inspiradora de Picasso


Junio 29 de 2014
Hoy llegamos a la casa de nuevo después de más de dos semanas por fuera. La pregunta "¿dónde vamos a dormir hoy?" de los niños ya empieza a indicarme que se acostumbran y se ajustan a lo que el día les traiga. Eso es un buen aprendizaje. La adaptabilidad en un mundo tan cambiante no es sólo una buena capacidad, sino una necesidad.
Llegamos a una casa florida pero llena de polvo y totalmente al revés por la obra que estamos haciendo en la cocina. Seguimos de viaje, aunque ahora en casa. Y esta noche los niños se sienten acampando. Estamos cocinando afuera en la terraza y vamos a dormir en uno de los cuartos que usan los huéspedes que vienen a gozar de los fines de semana de meditación y yoga. Hasta la ropa tiene una fina capa de polvo por encima y cada vez que se van a poner alguna prenda, una pequeña nube se desprende por encima de sus cabezas. Y ellos ni lo notan. Tranquilos, siguen su viaje. Nada los perturba. Por supuesto la rutina se ha desvanecido con todos estos viajes y cambios y no veo cercana la hora de retomarla pues ya pronto empiezan los campos de verano y las invitaciones de vacaciones. Así que nosotros seguimos en vacaciones.
Al llegar a la casa, Juanca debía visitar a sus abejas y Bhai lo acompañó por primera vez. Se puso su traje de apicultor, sus guantes y su capucha y se fue a ayudar al papá. Estaba emocionadísimo y apenas abrieron los panales y empezaron a volar las abejas por todas partes, se oían desde abajo sus gritos de emoción. Estaba extasiado. Cuando bajó nos contó a Noe y a mi: "Abrimos los panales y les dimos a las abejas un líquido azucarado llamado néctar." Y después nos dijo: "Papá es muy valiente".
Noe mientras tanto, después de haber llorado por no poder ir pero de haber entendido que hoy era el turno de su hermano, fabricó una pulsera hecha con nudos que el mismo inventó. Me la quiso regalar pero al ver que no me cerraba, se la regaló a un árbol.
Compartimos un jugo y unas palomitas de maíz y ahora estamos organizando la noche de camping.
Se ven felices de vuelta en casa, como siempre.

Junio 1 de 2014
Se va este año volando. Ya el sexto mes comienza.
Han sido ya 4 meses de experiencia de desescolarización y todos estamos felices y convencidos de que esto funciona para nosotros. Me pasa, y reconozco, que a algo en mi le gusta creer que lo que hago es lo correcto y esto a veces me hace dar argumentos para convencer a los demás de que es lo mejor. No me parece una actitud loable porque está llena de juicios que pueden herir a los demás. Lo único que realmente puedo decir es que para nosotros esto funciona. Que hay algo en mi corazón que resuena con lo que hacemos y con verlos a ellos creciendo y aprendiendo en libertad. Por ahora, funciona.
Estamos en días de llovizna (no de lluvia desafortunadamente) y de mucho frío. La casa está "patasarriba" en un desorden para el que se necesita tener paz interior para no enloquecerse. Estamos todos adentro, cada uno en lo que quiere estar. Bhai ve Tom y Jerry, Noe corre de un lado al otro de la casa, Juanca salió a escalar y yo estoy aquí en la biblioteca que tanto me acoge, escribiendo y quitándome de encima la necesidad de estarles armando un plan que yo me imagine que es chévere para ellos. Hoy es domingo y me lo tomo como tal, como si para nosotros esas diferencias en los días que marca el ritmo escolar verdaderamente importaran. Me lo tomo con un domingo de frío y llovizna en donde no hay mucho más que hacer que estar presentes sin planes ni expectativas. Cada uno en la tranquilidad de la libertad.
Termino esta entrada con una cita de Pablo Picasso. Más que una verdad absoluta o un juicio, lo escribo porque al leerla, me inspiró:

"Cada segundo de vida es un momento único en el universo, un momento que nunca se repetirá. ¿Y qué les enseñamos a nuestros hijos? Les enseñamos que dos y dos son cuatro, y que París es la capital de Francia. ¿Cuándo les vamos a enseñar también lo que son? Deberíamos decirles a cada uno de ellos: ¿Sabes quién eres? Eres una maravilla. Eres único. En todos los años que han pasado, nunca ha habido otro niño como tú. Tus piernas, tus brazos, tus dedos, la forma en que te mueves. Quizá te conviertas en un Shakespeare, un Miguel Angel, o un Beethoven. Tienes la capacidad para hacer cualquier cosa. Sí, eres una maravilla. Debes trabajar, todos debemos trabajar, para hacer un mundo digno de sus niños."

Y antes de cerrar quería añadir que Bhai cada vez usa más la función informativa del lenguaje. A las preguntas que hacemos de cosas generales como por ejemplo "¿Dónde estará la sal?" el responde informándonos cosas como "en el mueble, arriba". Esto es un cambio bien dramático.

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