Junio 29 de 2014
Hoy llegamos a la casa de nuevo después
de más de dos semanas por fuera. La pregunta "¿dónde vamos a dormir
hoy?" de los niños ya empieza a indicarme que se acostumbran y se ajustan
a lo que el día les traiga. Eso es un buen aprendizaje. La adaptabilidad en un
mundo tan cambiante no es sólo una buena capacidad, sino una necesidad.
Llegamos a una casa florida pero llena de
polvo y totalmente al revés por la obra que estamos haciendo en la cocina.
Seguimos de viaje, aunque ahora en casa. Y esta noche los niños se sienten
acampando. Estamos cocinando afuera en la terraza y vamos a dormir en uno de
los cuartos que usan los huéspedes que vienen a gozar de los fines de semana de
meditación y yoga. Hasta la ropa tiene una fina capa de polvo por encima y cada
vez que se van a poner alguna prenda, una pequeña nube se desprende por encima
de sus cabezas. Y ellos ni lo notan. Tranquilos, siguen su viaje. Nada los
perturba. Por supuesto la rutina se ha desvanecido con todos estos viajes y
cambios y no veo cercana la hora de retomarla pues ya pronto empiezan los
campos de verano y las invitaciones de vacaciones. Así que nosotros seguimos en
vacaciones.
Al llegar a la casa, Juanca debía visitar
a sus abejas y Bhai lo acompañó por primera vez. Se puso su traje de apicultor,
sus guantes y su capucha y se fue a ayudar al papá. Estaba emocionadísimo y
apenas abrieron los panales y empezaron a volar las abejas por todas partes, se
oían desde abajo sus gritos de emoción. Estaba extasiado. Cuando bajó nos contó
a Noe y a mi: "Abrimos los panales y les dimos a las abejas un líquido
azucarado llamado néctar." Y después nos dijo: "Papá es muy
valiente".
Noe mientras tanto, después de haber
llorado por no poder ir pero de haber entendido que hoy era el turno de su hermano,
fabricó una pulsera hecha con nudos que el mismo inventó. Me la quiso regalar
pero al ver que no me cerraba, se la regaló a un árbol.
Compartimos un jugo y unas palomitas de
maíz y ahora estamos organizando la noche de camping.
Se ven felices de vuelta en casa, como
siempre.
Junio 1 de 2014
Se va este año volando. Ya el sexto mes
comienza.
Han sido ya 4 meses de experiencia de
desescolarización y todos estamos felices y convencidos de que esto funciona
para nosotros. Me pasa, y reconozco, que a algo en mi le gusta creer que lo que
hago es lo correcto y esto a veces me hace dar argumentos para convencer a los
demás de que es lo mejor. No me parece una actitud loable porque está llena de
juicios que pueden herir a los demás. Lo único que realmente puedo decir es que
para nosotros esto funciona. Que hay algo en mi corazón que resuena con lo que
hacemos y con verlos a ellos creciendo y aprendiendo en libertad. Por ahora,
funciona.
Estamos en días de llovizna (no de lluvia
desafortunadamente) y de mucho frío. La casa está "patasarriba" en un
desorden para el que se necesita tener paz interior para no enloquecerse.
Estamos todos adentro, cada uno en lo que quiere estar. Bhai ve Tom y Jerry,
Noe corre de un lado al otro de la casa, Juanca salió a escalar y yo estoy aquí
en la biblioteca que tanto me acoge, escribiendo y quitándome de encima la
necesidad de estarles armando un plan que yo me imagine que es chévere para
ellos. Hoy es domingo y me lo tomo como tal, como si para nosotros esas
diferencias en los días que marca el ritmo escolar verdaderamente importaran.
Me lo tomo con un domingo de frío y llovizna en donde no hay mucho más que
hacer que estar presentes sin planes ni expectativas. Cada uno en la
tranquilidad de la libertad.
Termino esta entrada con una cita de
Pablo Picasso. Más que una verdad absoluta o un juicio, lo escribo porque al
leerla, me inspiró:
"Cada
segundo de vida es un momento único en el universo, un momento que nunca se
repetirá. ¿Y qué les enseñamos a nuestros hijos? Les enseñamos que dos y dos
son cuatro, y que París es la capital de Francia. ¿Cuándo les vamos a enseñar
también lo que son? Deberíamos decirles a cada uno de ellos: ¿Sabes quién eres?
Eres una maravilla. Eres único. En todos los años que han pasado, nunca ha
habido otro niño como tú. Tus piernas, tus brazos, tus dedos, la forma en que
te mueves. Quizá te conviertas en un Shakespeare, un Miguel Angel, o un
Beethoven. Tienes la capacidad para hacer cualquier cosa. Sí, eres una
maravilla. Debes trabajar, todos debemos trabajar, para hacer un mundo digno de
sus niños."
Y antes de cerrar quería añadir que Bhai cada vez usa más la función informativa del lenguaje. A las preguntas que hacemos de cosas generales como por ejemplo "¿Dónde estará la sal?" el responde informándonos cosas como "en el mueble, arriba". Esto es un cambio bien dramático.
Y antes de cerrar quería añadir que Bhai cada vez usa más la función informativa del lenguaje. A las preguntas que hacemos de cosas generales como por ejemplo "¿Dónde estará la sal?" el responde informándonos cosas como "en el mueble, arriba". Esto es un cambio bien dramático.
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