martes, 8 de julio de 2014

Poesía, sabiduría de Bhai y Sandra Dodd

Las últimas dos semanas han sido de campos de verano. Estuvieron dos semanas en un campo de verano de deportes y mañana van para un campo de verano de arte organizado por su abuelo en su taller de arte/finca. Al comenzar el curso de deportes Noe el segundo día me dijo: "mamá, yo no elegí ir al campo de verano." "cómo asi?" le pregunté. "Tu nunca me preguntaste si yo quería ir al campo de verano. Si me hubieras preguntado te habría dicho que quería ir contigo en la lancha o que quería montar en mi bicicleta." No pude responderle nada. Solo le pregunté si no quería volver. Le dije que si no quería seguir yendo, no tenía que ir. Y esperé a llegar al sitio donde los debía dejar a ver qué decía. Terminó bajándose contento a saludar a sus amigos. Pero el comentario me hizo pensar un buen rato en cuántas cosas hago mecánicamente. ¿Por qué asumí que ellos querían ir al campamento sin haberles preguntado? ¿Qué me hace pensar que ellos no pueden dirigir su vida con decisiones que ya están en capacidad de tomar? Hoy les pregunté si querían ir mañana al campo de verano de su abuelo y me dijeron que sí. Decisión tomada.
Llegamos de vuelta a la casa que necesitaba mucho trabajo de limpieza y de terminar detalles de las obras nuevas. Era esencial regresar, aunque no ha parado de llover y no sirven los celulares. Estamos incomunicados y sin internet. Esa condición tiene su encanto.
Hoy han tenido los dos unos comentarios muy especiales. Noe en la mañana me dijo "mi papá me pasa la imaginación a mi corazón". Eso lo dijo saliendo del taller de Juanca en donde estaban haciendo unos arreglos para la cocina nueva. Le pregunté qué significaba eso y se enredó explicándome. Ahí entendí que la poesía es inexplicable. Le salió espontáneamente y la mente y el raciocinio estuvieron a punto de matar la magia. Ante la poesía y el arte es mejor observar, escuchar, disfrutar y no tratar de entender nada con la mente. Y cuando un niño habla desde el corazón, siempre es poesía.
Ahora en la tarde cuando nos dimos cuenta de que una perilla de la estufa estaba dañada y que empezamos a preguntarnos qué habría pasado y quién la habría dañado (aunque no había molestia ni discusión de ninguna clase, es inevitable transmitir con la voz  lo que se está pensando o imaginando sobre lo que pudo haber pasado) y Bhai se levantó de hacer lo que estaba haciendo (estaban pintando) y nos dijo: "Tengan calma y compasión. No pasó nada."
Con su manera especial de ver el mundo y la vida me saca de formas de ver las cosas no siempre positivas.

Hace unos días leyendo el libro de la desescolarización por excelencia (The Big Book of Unschooling de Sandra Dodd) hice un ejercicio que ella propone en una página dedicada al servicio. Lo escribí y se lo envié, pues ella proponía enviárselos a su correo personal. Muy amable, me escribió inmediatamente con mucho entusiasmo. Quedamos en comunicación y pegó lo que escribí en su página web, donde recoge escritos en español y puso un anexo a este blog. Los invito a que lean su página que está llena de recursos e inspiración: http://justaddlightandstir.blogspot.com/2014/06/joy-awe-and-magic.html
http://sandradodd.com


Sigo haciendo la mayoría del trabajo en mí misma: Cómo entender la vida sin escuela. Qué significa eso? Lo que puedo decir por ahora es que a nosotros como familia nos da mucha libertad y amplitud. Libertad de tiempos y de lugares en donde se puede vivir (que necesariamente es aprender).  Sacar el aprendizaje de un salón de clases es una tarea muy fácil en la práctica (porque cuando se vive espontáneamente se aprende espontáneamente y todas las materias se mezclan, se unen y se complementan) pero es una tarea difícil de hacer en la mente de alguien que ha estado escolarizado toda su vida. Responder a las preguntas de la gente como "¿y tienes un salón de clases?" "¿y cómo sabes qué es lo que tienen que aprender?" "¿y no te da miedo que no estén aprendiendo lo necesario para la vida?" "¿Cómo tienen disciplina?" Parece otra tarea fácil pero ¡ay! si me cuesta trabajo. Y creo que la dificultad está en que yo aun tengo mucho camino que recorrer para desescolarizarme. Sandra Dodd sugiere que toma más o menos un año completar este proceso de desescolarización en un adulto. Algunas de las preguntas me las he respondido a mi misma pero por una aversión al enfrentamiento prefiero responder a quienes por lo general me las hacen (desconocidos o curiosos) como una familia que educa en casa que conozco: cuándo les preguntan que sus hijos a qué colegio van, en vez de contestar que no van al colegio, dicen que van a un colegio que se llama "Mi Casa" que es nuevo y que es muy bueno. Las respuestas verdaderas serían: "nuestro salón de clases es el mundo entero", "ellos son los que saben qué tienen que aprender. Si no es relevante para sus vidas para qué aprenderlo? Y si es relevante para sus vidas por qué desconfiar en que lo van a aprender sea como sea?" "No me da miedo. En esta casa solo le tenemos miedo al miedo". "La disciplina, si no es auto impuesta, no es disciplina." Lo escribo aquí. Por alguna razón, creo muy falsamente que me lo escribo a mí misma, así se lo esté publicando al mundo entero. Pero de una manera muy efectiva hacerlo me ayuda en el proceso conjunto de crecimiento en familia.

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